NOTAS

EXTRAÑO POEMA SOBRE EL SAHARA
I.

en el desierto del Sahara el surtidor imprevisto: ¡naturaleza muerta con escorpion que aun restalla!. Alguien se rie en un corredor entre dos dunas. Esa risa y, una voz de humo. Un rio de espuma negra bajo la espuma de una duna emigrante. En la impenetrable negrura de la noche dos lingotes de oro: tus senos de adolescente como agujas de aire.

II.

aqui la gruta tibia de la mano esconde un esqueleto. Aqui la sangre: esa verdad liquida y desnuda. Ese puñal (ese afilado incisivo). Ese gemido oscuro que me dejo fascinado. Tenso los musculos sediento. Un aspero rio de lava me brota del cerebro laminado en oro.

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REFLOTAR UNA VIDA

¿Reflotar una vida?

¡Como si fuera facil, descender a profundidades tan abisales!

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EN LA CLOACA

Convivia el Espectro junto a las ratas en el limite de lo humano, ultimo peldaño de la escalera que conducia a la cloaca, que trasegaba con la nada. Donde la criatura humana parecia fuera de lugar y raramente se adentraba, como no fuera buscando una joya perdida. Pues temia menos el ataque de las ratas que al putrefacto abrazo del Espectro, que en su presencia se recomponia, pues alli dentro el juego de las apariencias perdia su sentido, y por un instante, era poco o nada lo que les separaba en vista de que la cloaba era metafora de algo, de que el destino de los hombres y la nada se miraban cara a cara. Y mirando el Espectro un dia a la criatura humana con una honda ternura, sintio el brutal deseo de apoderarse de sus labios.

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EL ELEGIDO

Bajo la cruda luz del dia no mienten los sentidos. En otro lugar muy lejos de aqui, la bola enfila un green en una mañana de evasion. Mas, los que portan el ataud en este cementerio -via muerta de todos los destinos-, van camino de una sepultura. No bien fijo la hora suprema quien mueve entre bastidores los hilos; un hombre ha sido confiado a la accion destructiva de los fermentos. Contrito, un deudo deposita sobre el ataud un beso, impulsado por su motor emocional.

"Valor -le musita al oido un alma amiga-;

valor, la vida continua..."

Acabado el funeral -cerrado el circulo, en su esforzado mutismo-, nadie me parecio mas aristocratico que el muerto (EL ELEGIDO), mientras bogaba a hombros por encima de las cabezas.

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LA TELA DE ARAÑA

Si, tengo la desgarradora lucidez de la locura; por eso escribo sentado sobre un barril de polvora.

¿Quien eres tu?

El insecto que estudia algebra para salir de la tela de araña.

Y yo, ¿quien soy entonces?

La tela de araña que es una luz para la araña.

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DESHOJANDO UNA MARGARITA

Detente siquiera un momento mi buen Dios ante el abismo insondable que soy. Semidesnudo te hablare de mis cosas como desde un sueño, mientras deshojo una margarita sentado en cuchillas sobre la hierba.Preguntandome, si sere por siempre un loco o acabare recuperando un dia la condicion de hombre libre. Haciendo el inocente juego escarnio de mi naturaleza dubitativa, pues el ultimo y esperado petalo de cada flor -para mi desesperacion-, me da una respuesta diferente cada dia.

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MI PATIBULARIO ROSTRO

Mi patibulario rostro, solo pasa inadvertido en la noche de Halloween.

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EN LA MONTAÑA

I.

Me abro paso en la montaña a golpe de voluntad: viril se expande y se contrae mi joven y exaltado corazon en oleadas calientes de sangre. En la cresta de una cima, bajo la boveda del cielo, recapacito:

tal vez -me digo en secreto-, el misterio de la vida no se encontrase como se creia en el fondo del mar; sino en el Cosmos: alli donde se producen las tormentas geneticas y las estrellas practican -con la naturalidad con que se afeita un ciego-, el canibalismo.

II.

Aqui en la montaña las mejillas se tornan, por momentos, azules. Se adormece la respiracion en un abrazo dulce y mortal. El aire de tan puro ya no es aire. Siento que es granizo de finisimos cristales. ¡Es metralla, de puñal!.

¿Respiro?. Si. Un pulmon respira; el otro es un abanico que no agita el aire.

En la remota lejania las dos trenzas de un rio. Desde lo alto de la montaña, a simple vista, ¡se aprecia que la Tierra es redonda como un beso!

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HUIDA

¿De que huyo? -dices.

¿De que nudo corredizo (o boca torcida) estoy huyendo?

¿De que sombra infecta o plomo derretido en los ojos?

-Huyo, de mi mismo

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A QUIEN ME LEYERE. CON UN PITILLO EN LOS DEDOS

Camino absorto recluido en mis pensamientos por una calle cualquiera; por una calle del centro o los suburbios de la gran ciudad. Lo mismo da. Absorto en mis pensamientos parezco un radar que se lleve en una maleta.

Camino por una calle cualquiera con un pitillo en los dedos. En la voluta del humo del cigarro ascienden en el aire mis pensamientos. Y como la vida misma, esas volutas adoptan a cada momento insolitas e imprevistas formas.

Tanto da la calle por la que se camina, cuando uno se pregunta quien es y lo que hace en este mundo. Resignado, me encojo siempre de hombros sin saber que responder.

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LAS PLANTAS DE LA TERRAZA

Pose la vista distraidamente en las plantas de la terraza. Y a mi hija, recien nacida, ¡la llame Maria!.

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UNA MANIFESTACION DE REFINAMIENTO

Tal vez un dia, cuando el olor a la nada muerda mi alma, haga rodar el tambor de un revolver por mi tremula mejilla. Y despues me pegue un tiro. Alguien vera en este gesto un acto de desesperacion shakesperiano. Yo, tan solo, una manifestacion de refinamiento.

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EL JARDIN FAMILIAR

Magra sombra proyectaba esta parra bajo la que escribo en mi niñez. La misma que ahora, al cabo de los años, vencida por su peso, se inclina con silenciosa abnegacion sobre la cuartilla en blanco. Si como alguien aventuro, la naturaleza de las cosas es la misma en todas partes, de algun modo entonces, los innumerables jardines que hay dispersos sobre la Tierra -con rigurosa precision- caben en uno solo; en este, el jardin familiar. El cual a su vez, cuando se desvanezca asimismo en el tiempo, aun perdurara cabal y verdadero -es lo justo- en otro jardin cualquiera. Mas alla, de una geografia especifica.

Sentado a la sombra de esta parra, rastreo en mi memoria los pequeños momentos de felicidad absoluta; y no encuentro, sino el ardor y la inquietud de cada hora.

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LAS LLAMAS

Nada quedara de ti cuando ardas. Cuando esas hordas, las llamas, te metan los dedos en los ojos. Te claven puñales en la boca. Funda la combustion gaseosa tu exotico anillo de metal blanco, que monta un gran topacio. La mirada canibal de las llamas, como un fino escalpelo en manos de un loco. Tu legendaria altivez de roca pegada fuego. Es inutil tender una alambrada para impedir el paso de las hordas. Esas llamas. Como es inutil sellar una frontera, para evitar el paso de unas esporas.

Has ardido.